8.- La gran innovación: los caramelos envueltos
Al comienzo, además de parámetros de calidad desacostumbrados para el mercado local, la gran innovación en Chile fue introducir el celofán para lanzar al mercado caramelos envueltos, más higiénicos y mejor presentados. Fue una verdadera revolución, la identificación con este producto fue tan amplia, que cuando las empresas competidoras comenzaron a hacer lo mismo, los consumidores pensaban que se trataba de caramelos Ambrosoli y decían: ¡Deme un Ambrosoli!
Dos Ambrosoli, por Favor
Una de las primeras grandes satisfacciones de don Costantino que le auguraban éxito, fue cuando, encontrándose en el “Almacén Montecarlo”, en Viña del Mar, vio entrar corriendo a un peoneta, descalzo y descamisado, con un par de «chauchas» en la mano, pidiendo en voz alta, “Dos Ambrosoli, por favor”.
Uno de los primeros caramelos que se envolvieron fue “a la miel” y luego “leche miel”, dos íconos de la empresa que se formaba.